Las etiquetas medioambientales en vehículos se enfrentan a un cuestionamiento sin precedentes, ya que un estudio reciente de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) arroja luz sobre la verdadera eficacia de estas clasificaciones. Basándose en datos del consorcio europeo Green NCAP, este estudio revela discrepancias impactantes entre las etiquetas y las emisiones reales de los automóviles. En este nuevo artículo de Grupo Torrejón ponemos el foco en este desafío a las etiquetas medioambientales: ¿Mienten sobre las emisiones de los vehículos?
Desactualización del sistema de etiquetas
Las implicaciones de estos hallazgos son particularmente significativas en el contexto de la inminente implementación de Zonas de Bajas Emisiones en numerosas ciudades de España a partir de 2024, que utilizarán estas etiquetas para determinar el acceso y los privilegios de estacionamiento.
El informe de la OCU pone de manifiesto ejemplos asombrosos que socavan la credibilidad de las etiquetas medioambientales. Sorprendentemente, se descubre que los automóviles más populares con motores de combustión y etiqueta C emiten emisiones de CO2 durante su vida útil que son iguales o incluso inferiores a las de muchos vehículos etiquetados como Eco o Cero Emisiones.
Tomemos, por ejemplo, el Audi Q3, el líder en ventas de vehículos diésel en España en el primer semestre de 2023, etiquetado como C. Este modelo emite menos CO2 que híbridos enchufables etiquetados como Cero Emisiones. El Jeep Wrangler 4xe 280 kW híbrido enchufable con etiqueta Cero Emisiones emite más CO2 que el Audi Q3 diésel, mientras que el Audi RS Q8 Mild Hybrid, con etiqueta Eco, supera más del doble de las emisiones de CO2 del Seat Arona 1.0 TSI de 110 CV, etiquetado como C.
Priorizar sobre las emisiones reales
La OCU argumenta que el sistema de etiquetas, aunque en su momento fue un paso importante en la concienciación ambiental, ahora se ha quedado obsoleto. La organización insiste en que la tecnología del motor no debe prevalecer sobre las emisiones reales de los vehículos, excepto en el caso de los automóviles completamente eléctricos, que no emiten CO2. Para otros tipos de vehículos, la medición de emisiones en la homologación debería ser el criterio de referencia, ya que se trata de un dato público fácil de comparar.
Equidad para los consumidores
En vista de estos descubrimientos, la OCU insta a la Dirección General de Tráfico (DGT) a modificar el sistema de etiquetas antes de la implementación de las Zonas de Bajas Emisiones a finales de año. También hace un llamado a las autoridades para fomentar la construcción de aparcamientos disuasorios gratuitos en los límites de las zonas afectadas y garantizar su eficiente conexión con el transporte público. La OCU señala que el sistema actual es injusto para los consumidores que no pueden permitirse un coche eléctrico debido a su mayor costo en comparación con otras opciones.
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El estudio de la OCU plantea serias preguntas sobre la efectividad y la equidad de las etiquetas medioambientales en vehículos, al tiempo que destaca la necesidad de revisar este sistema a la luz de las emisiones reales. La precisión en la medición de emisiones y la justicia para los consumidores son temas cruciales que deben abordarse antes de la implementación de las Zonas de Bajas Emisiones en España. Tal y como te detallamos en este nuevo artículo de Grupo Torrejón que lleva por título el desafío a las etiquetas medioambientales: ¿Mienten sobre las emisiones de los vehículos?
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