La Sociedad Española de Medicina de Tráfico (SEMT), la de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y la de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) han iniciado una campaña de concienciación para que la Dirección General de Tráfico (DGT) incluya en su reglamento la prohibición de fumar en el coche.
Las asociaciones han argumentado que el tabaco es una distracción para los conductores. Ya que obliga a circular con una sola mano sobre el volante durante 3,4 minutos, tiempo que una persona tarda en fumarse un cigarro. El equivalente a recorrer seis kilómetros a una velocidad de 100 kilómetros por hora.
Con esta petición, que ya se ha enviado formalmente a la DGT, pretenden eliminar una distracción de las carreteras. El año pasado, el 32% de las víctimas de tráfico fallecieron por esta causa. Y más del 60% de los accidentes se debieron a la pérdida del contacto visual.
Se necesitan 4,1 segundos de media para encender un cigarro. Esto supone que durante ese tiempo, un conductor circule a ciegas durante 113 metros. Una distancia similar a recorrer el largo de un campo de fútbol profesional.
Al encender un cigarro, las posibilidades de producir un incendio aumentan un 50%
“Fumar dentro de un vehículo perjudica la salud del propio conductor y disminuye su capacidad de concentración, ya que puede ocasionarle cefaleas, cansancio, fatiga, elevación de la presión arterial y mala oxigenación”. Así señala el presidente de la SEMT, Fernando Pérez Torralba.
Un peligro que pone en riesgo al entorno, como ha explicado Esther Redondo del grupo de Actividades Preventivas SEMERGEN. “El consumo de tabaco puede ocasionar accidentes de tráfico en los que ocupantes, usuarios de la vía pública y el propio conductor se vean seriamente afectados”.
Pérez Torralba ha advertido de otro perjuicio que se produce al fumar dentro del turismo. “También es nocivo para los acompañantes o fumadores pasivos, al encontrarse éstos en un habitáculo pequeño, mal ventilado y estar expuestos a una concentración de humo 30 veces superior a las de una vivienda”.