La Dirección General de Tráfico (DGT) impone casi 500 sanciones a la hora con una media de más de 30 euros por infracción. El año pasado percibieron 164 millones de euros, es decir, recaudaron 16.528 euros cada hora. Cada minuto en España, ocho conductores recibieron una notificación de los agentes de tráfico.
Los radares de la Comunidad de Madrid facturaron casi 7.000 euros a la hora, según los datos facilitados por la asociación Automovilistas Europeos Asociados (AEA). Sólo en la Comunidad de Madrid hay 49 radares móviles, 36 fijos y uno tramo, según los datos publicados por dicha entidad.
Unas cifras que no sirven para reducir la siniestralidad en las carreteras nacionales. La cifra de accidentes el año pasado alcanzó los 102.362, la marca más alta del último cuarto de siglo, según el diario Público. Además, se incrementó en un 7% el número de víctimas mortales registradas en 2016, según dicho medio.
El fiscal Supremo, Bartolomé Vargas, argumenta que este aumento se debe a las malas prácticas de los conductores. «Podemos apuntar que la prisa y la tensión psicológica con la que se conduce, trasunto de la aceleración con la que se vive en sociedad, el exceso de velocidad consiguiente, la fatiga, el sueño, la utilización del móvil y la distracción concomitante son las principales causas de la siniestralidad”.
¿Son legales los avisadores?
Atendiendo a la normativa legal vigente, las sanciones por exceso de velocidad oscilan desde los 100 hasta los 600 euros, en las circunstancias más graves y conllevan la retirada de dos a seis puntos del carnet de conducir. Un conductor también podrá ser penado desde los seis meses a hasta los cinco años de cárcel, según se recoge en el artículo 379 y el 385 del Código Penal.
La Ley de Tráfico aprobada e integrada a en el Boletín Oficial del Estado distingue entre tres sistemas:
- – Inhibidor. Anula la frecuencia, y por tanto, el funcionamiento del radar. Su utilización no está permitida y puede acarrear una multa de 6.000 euros, así como la pérdida de seis puntos.
- – Detector. Su función es avisar de la proximidad de un radar fijo o móvil. En este caso, su uso también está penalizado con tres puntos y 200 euros.
- – Avisado. También advierte de la presencia de radares, pero sólo los que aparecen publicados por la Dirección General de Tráfico. Por esa diferencia, estos aparatos si están permitido.