A falta de confirmación oficial, la Dirección General de Tráfico (DGT) presentará sus nuevos radares Velolaser esta Semana Santa.
Los conductores españoles no viajarán solos durante el último septenario de la Cuaresma. Y no lo harán porque en las carreteras nacionales les esperan 30 de los 60 dispositivos adquiridos por el organismo.
Características Velolaser
Estos nuevos controladores de velocidad pasarán desapercibidos por sus dimensiones. No alcanzan los 50 centímetros de altura, un tamaño que les hace casi invisibles, pero no se confíen. Si no quieren probar su eficacia, lo mejor será que respeten las normas de circulación.
Incluye obligaciones como la distancia de seguridad, una separación que no respetan todos los conductores y que los nuevos radares de la DGT pueden calcular con exactitud.
Tampoco deberán relajarse en las carreteras secundarias. Las propiedades de estos aparatos permitirán a los agentes controlar los dos sentidos de circulación en estas vías.
Su tecnología láser facilita el trabajo a los oficiales y duplica su efectividad: basta un minuto para su colocación y posterior transporte a otro punto. Además, permite que la patrulla de la Guardia Civil pueda instalarse a decenas de metros, evitando así dar «pistas» a los conductores.
Ubicación
La colocación de los Velolaser será prácticamente un misterio. Su control telemático desde cualquier dispositivo con conexión Wi-Fi, 3G o 4G permite ubicarlos sobre trípodes, vehículos, guardarraíles, estructuras elevadas o cabinas laterales.
‘Made Spain’
Creados en España, estos radares disponen de unos cinemómetros -medidor de velocidad- que podrán utilizar tanto de día como de noche, y hasta en situaciones de visibilidad muy reducida.
Su precio fue anunciado por el director de la DGT, Gregorio Serrano, en el mes de noviembre a través de Twitter: 860.000 euros por 60 radares portátiles. Una compra que ha salido más barata de lo que se esperaba. La partida presupuestaría contaba inicialmente con una inversión de 1,36 millones de euros.